Las mujeres del medio rural son generadoras de riqueza y sostenedoras de la vida de los pueblos.
Esta GALERÍA DE FOTOS es un humilde reconocimiento hacia ellas, una pequeña muestra recopilada gracias a las personas que han aportado imágenes de su álbum familiar, de momentos vividos a lo largo de su vida en CONSUEGRA, URDA Y TURLEQUE. Imágenes de antes y de ahora, que visibilizan la diversidad y complejidad de las mujeres de nuestros pueblos.
(Si estás leyendo esto en un teléfono móvil, puedes tocar en cada una de las fotografías, y se abrirán para poder ampliarla).
Cada mujer es un mundo, es una realidad plural y enriquecedora. No todas la mujeres que residen en los pueblos se enfrentan a los mismos problemas, pero si es cierto que todas han estado o van a estar influenciadas por el espacio en el que viven.
En entorno agrícola y ganadero, no sólo los hombres han trabajado "de sol a sol". Desde siempre ellas han cargado espuertas, han removido la tierra, han vendimiado, han cuidado la huerta, han recogido agua y leña... han estado y están presentes en el campo, pero no han sido visibles ni dueñas de su trabajo hasta hace unos años.
Atender al cuidado y la salud de sus criaturas, de pequeños y mayores, de personas dependientes, ha estado siempre ligado a las mujeres, algo que no ha cambiado mucho con su incorporación al mundo laboral. Aportar cariño y afecto familiar ha sido y sigue siendo un trabajo esencial que ejercen ellas principalmente, aunque cada vez se apuesta más por la corresponsabilidad dentro de los hogares: hacer equipo facilita la vida familiar y la salud mental.
Cuando la mujer era la que se dedicaba a los guisos, era un trabajo apenas relevante o distinguido, como mucho se les llamaba cocineras. Desde que a tan noble oficio entraron los hombres, el cocinero ha pasado a ser chef, y la cocina se ha elevado a categoría de arte, alta cocina o 'cocina de autor'.
"Como mi madre no cocina nadie", "las mejores croquetas, las de mi abuela".
¿Y si hablamos de la ESCUELA?
Hubo un tiempo en el que el saber leer no se consideraba ni útil ni necesario para la vida cotidiana de muchas personas, y especialmente las mujeres, cuyo papel acostumbraba a limitarse al espacio privado.
La educación de las mujeres, y más en las zonas rurales, solía finalizar tras los primeros años de colegio, salvo excepciones. Además, se aprendía por separado: a las niñas se les preparaba para las labores del hogar, o el oficio de coser (hubo tiempos en que la educación, incluso la primaria, se consideraba cosa de hombres).
La presencia de las mujeres en el sistema educativo ha ido en aumento desde mediados del siglo XX. Se pasó de una educación pública segregada por sexos (niñas y niños por separado y con temario diferenciado) a un modelo mixto, con niños y niñas compartiendo espacio y asignaturas.
Va ganando terreno el modelo coeducativo, cuyo objetivo ya no es sólo que niños y niñas aprendan juntos, si no educar en igualdad, cuestionando los estereotipos sexistas que aún se transmiten, especialmente en entornos más ruralizados.
Además, la formación ya no solo se limita a la educación reglada, ni a unos años determinados. Las mujeres de nuestros pueblos cada vez están más interesadas en actividades formativas, reciclaje, en nuevos aprendizajes.
LAS MUJERES RURALES ADQUIEREN PROTAGONISMO.
En tiempos pasados, las mujeres tenían espacios que compartían con otras mujeres: lavadero, fuentes, campo.... Los cambios de infraestructuras que se fueron dando en el medio rural hicieron que las mujeres quedaran más aisladas.
En los años 90, el asociacionismo femenino experimentó un gran desarrollo en las zonas rurales como vía de participación social de las mujeres en el ámbito público; muchas de ellas se conocían entonces como "asociaciones de amas de casa".
Actualmente esos espacios se van ocupando con otro tipo de actividades: culturales, de formación, deportivas, solidarias...
SOLIDARIAS. REIVINDICATIVAS.
Por una sociedad mejor y más justa, igualitaria, sostenible y poniendo los cuidados en el centro. Con conciencia social y justicia de género.
DEPORTE
A lo largo de los siglos las mujeres han tenido que abrirse paso en contra de prejuicios y trabas que ponía una sociedad que creía que ellas no podían, o no debían, hacer deporte. El deporte puede inspirar cambios y romper estereotipos de género. Promover los valores del deporte es una forma de mejorar la autoestima y potenciar el empoderamiento de las mujeres.
RITUALES Y TRADICIONES CULTURALES.
Las tradiciones y costumbres transmiten valores compartidos e historias de una generación a otra. Fortalecen el sentido de comunidad. Motivan a las sociedades a compartir una identidad colectiva que a su vez sirve para dar forma a las identidades individuales.
Celebrar los ritos y tradiciones nos ayuda a mantenernos conectadas con nuestra tierra y nuestra cultura.
TIEMPO DE OCIO
En las mujeres, la distinción entre la obligación, el trabajo y el ocio no ha sido nunca muy clara. Siempre han dispuesto de menos tiempo libre que los hombres, ya que han dedicado gran parte de su tiempo, al tiempo libre de otros.
Poco a poco la sociedad ha ido asumiendo la importancia de un tiempo propio, libre, individual e independiente del marido y de la familia.
EL PUEBLO COMO OPORTUNIDAD
A pesar de la creciente emigración femenina hacia las ciudades (fenómeno conocido como "huida ilustrada" -el traslado del campo a la ciudad de predominantemente mujeres jóvenes con formación superior-) otras se quedaron y siguen quedándose en el espacio rural; algunas, incluso, han vuelto a sus raíces buscando un futuro mejor, aportando riqueza a sí mismas y a sus pueblos.
EL FUTURO.
El sistema patriarcal sigue muy presente en el entorno rural: muchas veces se acepta que las mujeres ejerzan el rol participativo y productivo, siempre y cuando no abandonen su rol doméstico/familiar.
No olvidemos que la mujer es clave a la hora de fijar población en el medio rural y revertir la despoblación. Si queremos que nuestros pueblos estén vivos, necesitamos que las mujeres encuentren en ellos la posibilidad de vivir en igualdad, con acceso a los recursos, con medidas de conciliación, con posibilidades de emprender, de desarrollar su potencial.
No podemos permitirnos perder el talento de nuestras niñas, de nuestras jóvenes.
Si has llegado hasta aquí, queremos agradecer tu visita virtual, esperando hayas percibido la diversidad, complejidad, las dificultades, el dinamismo y la capacidad de las mujeres de nuestros pueblos, de las de antes, las de ahora y de las que vendrán.
Echarás en falta muchas más representaciones de nuestras mujeres. Cierto. Esta es la selección que hemos reunido, con la aportación de vecinas de Urda, Consuegra y Turleque, a la que hemos añadido algunas imágenes de nuestro archivo, a lo largo de los 19 años de recorrido del Centro de la Mujer de Consuegra.
Nuestro agradecimiento a:
- Antonia, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres de Urda.
- Mariví Sánchez, bibliotecaria de Urda.
- Francis Ruiz Falcón, de Urda.
- Agustina Anades, presidenta de la Asociación de Mujeres "Voces Amigas" de Turleque.
- María José Ramos Fernández, de Turleque.
- José Luis García-Moreno Galán, archivero del Ayuntamiento
de Consuegra.
- Rosa María Rodríguez Moreno, de Consuegra.
- Ana Belén Rodríguez Gamarra, de Consuegra.
- Fely Olivares, de Consuegra.
- Blanca Alcázar, de Consuegra, con la colaboración de usuarias del Centro de Día.
- Maribel y Esther Portillo Calvo, de Consuegra.
- Alicia Perulero, de Consuegra.
- Andrea Martín Morcillo, de Consuegra.
- Lidia Colmenero, de Consuegra.
- Gema Fuentes, de Consuegra.
- Cristina Moreno, de Consuegra.
- Inmaculada Palomino, de Consuegra.
- Silvia Hernández, de Consuegra.
(Nota.-En algunas imágenes no se ha facilitado el año de captura, y/o el nombre de las personas que aparecen).
15 de Octubre de 2021. Día Internacional de las mujeres rurales. Centro de la Mujer de Consuegra. Excmo. Ayuntamiento de Consuegra.
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